Para muchas personas (me incluyo) lo que más han encontrado a faltar durante la pandemia es poder abrazar a sus seres queridos. La prudencia y las recomendaciones médicas imponían el distanciamiento social… y con ello nos hemos dado cuenta de lo importante que es el contacto físico para nuestra salud, especialmente para nuestra salud mental.

Creo que las personas están deseosas de abrazarse nuevamente. También de estrecharse las manos con franqueza o depositar una mano sobre el hombro de alguien que esté triste o al que queremos alentar… pero sobre todo del abrazo.

¿Por qué sientas bien los abrazos?

Pensemos en nuestro sentido del tacto, que no sólo permite explorar el mundo físicamente, sino que a través de este sentido nos comunicamos con la demás (y con la vista y con la expresión de la cara) creando y manteniendo lazos sociales.

Beneficios psicológicos que tienen los abrazos

Sentirnos queridos es algo que necesitamos ser, aunque no siempre seamos conscientes de ellos. Por esta razón nos acercamos y abrazamos a aquellos amigos a los que tenemos cariño, y por supuesto buscamos y damos caricias a las personas que amamos.

Este contacto nos hace sentir y su significado va mas allá de lo meramente físico. Desde un punto de vista de salud psíquica aporta unos cuantos beneficios. Veamos, cuando nos abrazan es probable que nos identifiquemos con el sentimiento de seguridad, amor, relajación, en definitiva, algo reconfortante.

  • Aumento de la confianza y seguridad:
  • Nos hacen sentir apoyados, protegidos y confiados. Ante una situación difícil o que nos genera un cierto nerviosismo o estrés, si recibimos un abrazo, se produce una cierta relajación que aumenta nuestro sentimiento de bienestar.
  • Disminución del sentimiento de enfado y de apatía:
  • Los abrazos, logran estimular la circulación. Con ello puede eliminarse la tensión presente.
  • Mejoría del estado de ánimo:
  • Cuando nos abrazan sentimos la felicidad y seguridad necesarias para elevar nuestra autoestima, algo que sucede gracias a la oxitocina y también al incremento de serotonina circulante.
  • Se ha postulado que abrazar retrasa el deterioro cognitivo:
  • Abrazar, a través de sus beneficios sobre la circulación y el sistema inmune, puede alargar la vida de nuestras células o al menos evitar que envejezcan prematuramente.
  • Disminución de la presión arterial:
  • Este es un efecto que se produce a través de la oxitocina, con una mejoría franca de nuestro sistema cardiocirculatorio.

Sin embargo, todavía hemos de ser prudentes, con la mascarilla, el distanciamiento social. A pesar de que ya va aumentando el número de personas que están vacunadas, ni hemos alcanzado la tan cacareada «inmunidad de rebaño» ni todavía estamos libres de que nos infectemos por coronavirus (los vacunados) aunque sí nuestro sistema inmunitario estará más activado y protegido. Mientras tanto, seguiremos añorando los abrazos, que están cada vez más cerca. 

Y desde el corazón, que hablen los poetas:

Yo quiero proponerle a usted

un abrazo

uno fuerte, duradero

hasta que todo nos duela.

Al final será mejor

que me duela el cuerpo por quererle

y no que me duela el alma

por extrañarle.

                                                                                                             Julio Cortázar

 

En tu abrazo yo abrazo lo que existe,

la arena, el tiempo,

el árbol de la lluvia

y todo vive

para que yo viva.

Pablo Neruda

 

Que bien nos vendría un abrazo

que nos acomode un poco.

Que nos haga ver

que no estamos tan solos.

No tan locos.

Ni tan rotos.

Mario Benedetti