Llega la Navidad… poinsetias a la vista

Y casi todo el mundo, le guste o no la Navidad, afanándose… En comprar regalos para niños (que todo lo quieren) y para mayores (que todo lo tienen). En organizar menús y dirimir quiénes serán anfitriones y comensales en las distintas comilonas familiares… decisiones que desatan graves conflictos protocolarios semejantes a los de las más altas instituciones durante la Guerra Fría. En asistir a las representaciones escolares y extra-escolares de los pequeños de la familia. En cuadrar agendas para comidas de empresas, de amigos visibles e invisibles, de padres del colegio, de antiguos compañeros del colegio, del grupo del gimnasio, de las chicas del yoga, de los de música, del fútbol, de la coral o de los compañeros de inglés. Qué gasto, que indigestión, que agobio… qué estrés.

Pues sí, al final el estrés nos puede impedir disfrutar de lo que realmente importa. Se ha publicado, en un estudio realizado en Reino Unido, que el 42% de las mujeres calificaban esta época como la mas estresante del año, básicamente por tres razones: la disminución de horas de sueño por el trabajo extra, la expectativa ansiosa ante la crítica y la decepción por la falta de reconocimiento de todo el esfuerzo que conllevaba esta preparación.

¿Y qué es lo que realmente importa? ¿Qué nos queda del espíritu navideño? Al margen de creencias religiosas, qué representa la Navidad sino una fiesta de amistad, familia, ilusión, paz, unión y concordia. ¿Importa tanto lo qué comamos en nuestra saciadísima mesa? ¿Qué es mas valioso un regalo o una sonrisa? No nos resulta simpático ese familiar “plasta” pero ¿seremos menos que los soldados británicos y alemanes que hicieron posible el 24 de diciembre de 1914 la Tregua de Navidad entre trincheras? Y esos no se jugaban una sobremesa aburrida, sino la vida.

Espero que a pesar del ajetreo y el estrés al que nos sometemos, durante unos días de diciembre nos sintamos más cercanos entre nosotros y nos sintamos mejores personas al desear a todos de corazón y con el corazón…

Feliz Navidad

La Tregua de Navidad

Se llama así al breve alto el fuego que se inició el 24 de diciembre de 1914 entre tropas alemanas y británicas en el frente occidental (zonas de Bélgica) en la guerra de trincheras. En realidad fue una tregua no oficial que se produjo de forma espontánea cuando las tropas alemanas comenzaron con la celebración cantando Noche de Paz y decorando las trincheras. Las tropas británicas se sumaron a los cánticos en inglés y a ambos lados se intercambiaron saludos, y también visitas a la «tierra de nadie» donde se intercambiaron pequeños regalos. La artillería enmudeció y se recuperaron los caídos detrás de las líneas enemigas, incluso se dice que se jugó un partido de fútbol entre contendientes, con el resultado favorable a Alemania de 3 a 2.

Aunque la Tregua no fue bien vista por parte del Alto Mando del ejército, se reprodujo en 1916 en el frente oriental y también hubo otras situaciones de armisticio informal en el mismo frente occidental. 

La Tregua de Navidad ha sido recreada en la literatura y el cine… y también en la publicidad. Aquí se ve en un spot publicitario de una cadena de supermercados… ¡Ay! de nuevo las compras.

Espero que a pesar del ajetreo y el estrés al que nos sometemos, durante unos días de diciembre nos sintamos más cercanos entre nosotros y nos sintamos mejores personas al desear a todos de corazón y con el corazón…

Feliz Navidad

Maria Soledad Humbert