Manifestaciones clínicas de las Neurosis:
«El bebedor de absenta» de Viktor Oliva (1901)


Ya se ha comentado que desde principios del siglo XX y hasta 1980 aproximadamente, las neurosis se clasificaban en:  
·               Neurosis de angustia
Se caracterizaba por la presencia de ansiedad en distintos niveles de gravedad, desde una situación de intranquilidad moderada, estados de profunda ansiedad caracterizados por un gran tensión, hasta la presentación de crisis de angustia con predominio de diversos síntomas fisiológicos.
En un episodio de crisis de angustia aparece un sentimiento de temor (incluso terror) y síntomas físicos acompañantes siendo los más habituales las palpitaciones, la hiperventilación, la sudoración excesiva, sofocación, mareos, parestesias y temblores. Un episodio de angustia es una experiencia dolorosa y debilitante, que suelen llevar al paciente a buscar ayuda médica urgente.
No obstante, en ausencia de las crisis los pacientes sufren de fatiga, insomnio, debilidad e irritabilidad, bajo ánimo e insomnio.
Actualmente:
o   Trastorno por crisis de angustia
§  Con agorafobia
§  Sin agorafobia
o   Trastorno por ansiedad generalizada
o   Agorafobia
§  Con crisis de angustia
§  Sin crisis de angustia
·               Neurosis fóbica
Caracterizada por miedos intensos e irracionales ante objetos y situaciones. La presentación del objeto o situación (ya sea de forma real o imaginada) puede provocar la aparición de una crisis de angustia. Aunque la persona que lo sufre reconoce que el miedo es irracional, excesivo o carente de fundamento, el objeto fóbico le causa una intensa ansiedad y mantiene una conducta evitativa ante el mismo.
Actualmente:
o   Fobia simple
o   Fobia social
·               Neurosis obsesiva
Aquella en la que eran predominantes las obsesiones, es decir ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que vienen a la mente de forma involuntaria, y que provocan elevados niveles de ansiedad.
Para disminuir el malestar que estas ideas provocan al paciente, éste realiza una serie de actos reiterativos para prevenir el nivel de ansiedad, o para prevenir la ocurrencia de algún acontecimiento negativo.
Actualmente:
o   Trastorno obsesivo-compulsivo
·               Neurosis hipocondríaca
Preocupación excesiva por los procesos orgánicos, con gran aprensión frente a temas de salud, y un temor irracional frente a la posibilidad de enfermar, de la que deriva dos tipos de conductas: una, la de la consulta reiterada a profesionales de la salud, o bien todo lo contrario, eludir cualquier contacto con los mismos ante la posibilidad de recibir un diagnóstico.
Actualmente:
o   Hipocondría
o   Trastornos somatomorfos
·               Neurosis depresiva
Aparición de un estado anímico depresivo de tipo crónico, en el que predominan la falta de confianza y de autoestima, autocrítica excesiva y se acompaña de molestias físicas inespecíficas, especialmente fatiga.
Actualmente:
o   Trastorno distímico
o   Trastorno mixto ansioso-depresivo
o   Reacción depresiva
·               Neurosis neurasténica 
Aquella en la que el paciente presenta fatiga y debilidad, acompañada también de un bajo nivel de autoestima.
Actualmente:
o   Neurastenia (sólo presente en la clasificación de la OMS, siendo una categoría poco utilizada).
·              Neurosis de despersonalización
Aquella en la que aparecen sentimientos de irrealidad y extrañeza hacia determinadas partes del cuerpo, hacia sí mismo y hacia el ambiente, que se presenta normalmente en forma de crisis episódicas.
Actualmente:
o Síndrome de despersonalización fóbica (asimilada a formas de crisis de angustia en clasificaciones británicas).
o   Trastornos disociativos.
·               Neurosis histérica
Este fue un diagnóstico especialmente popular a finales del siglo XIX. Se refería a aquellos casos en los que el paciente presentaba síntomas que afectaban al comportamiento y que se asemejaban al de una enfermedad neurológico, pero que no proceden de ninguna enfermedad física conocida ni se pueden explicar por ella.
o   De tipo conversivo:
Cuando los síntomas que presenta el paciente incluyen a los sistemas neuromusculares y sensoriales.
o   De tipo disociativo:
En aquellos casos en que aparecen trastornos de conciencia.
Actualmente:
*  Trastornos disociativos o de conversión.
* Trastorno histriónico de la personalidad.


A partir de 1980, como he referido se produjo un cambio sustancial en la clasificación de los trastornos mentales, cuando el manual diagnóstico que edita la “American Psychiatric Association” (en ese momento el DSM-III). Se  definieron criterios operativos para facilitar el diagnóstico, y se eliminó el apartado de “neurosis” distribuyendo éstas en diferentes grupos diagnósticos en función de los síntomas principales. También, de esta forma se huyó de considerar los cuadros llamados neurosis como producto de aspectos psicógenos.
No obstante, la Clasificación Internacional de Enfermedades de la O.M.S., en su décima versión de 1992 (aún vigente) mantuvo estos cuadros dentro de un apartado global bajo el epígrafe de “Trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos”, aunque se eliminó el término “Neurosis de …” para los diagnósticos y se adoptó el de “Trastorno”, a excepción de algún apartado residual.


A principios de los 80 escuché una broma común entre los especialistas de psiquiatría (yo todavía era estudiante de medicina) decir que las NEUROSIS habían desaparecido como la absenta (*), pero no así los pacientes neuróticos. 

Vaso y cucharilla para preparar absenta. Todo un ritual



La absenta o ajenjo, apodada «El hada verde» es una bebida alcohólica de ligero sabor anisado, con un fondo amargo debido a la contribución de las hierbas que contiene, principalmente la «Artemisa absinthium»

Los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX, tales como Oscar Wilde, Van Gogh, Baudeleire, Manet, Picasso, Degas, Hemingway, Pessoa, Verlaine y Rimbaud entre otros, consumían absenta, ya que supuestamente inducía a la inspiración artística… aunque de tono sombrío y «neurótico». 

Como muestra dos botones: el adusto realismo del famoso cuadro de Degas «L’Absinthe», o la cita de Oscar Wilde:

¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?

«La absenta» Edgar Degas, 1876

En el punto álgido de la popularidad del brebaje se consideró que era una droga psicoactiva, peligrosamente adictiva, en parque gracias a los estudios que realizó el psiquiatra Valentin Magnan, y en 1915 fue prohibida en algunos países europeos y en Estados Unidos. 

La absenta contiene un producto neurotóxico (tujona) pero en cantidades mucho más pequeñas que lo que se creía a principios del siglo XX. Tampoco sabemos si es más o menos peligrosa que el alcohol ordinario, ya que son pocos los estudios médicos modernos llevados a cabo sobre su farmacodinamia y toxicidad. 

En la década de los 90 algunos países de la Unión Europea comenzaron a re-autorizar su fabricación y venta, que de todas formas se había mantenido a pesar de la prohibición. 

Retrato de Vincent Van Gogh pintado por Toulouse-Lautrec (1887)… frente a un vaso de absenta












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