La distimia (o trastorno distímico) es una forma de depresión considerada de leve intensidad, pero cuya característica fundamental es su cronicidad. Los síntomas de este trastorno tienen una duración de más de dos años (para poder realizar el diagnóstico como tal en adultos) pero en la práctica suele prolongarse por mucho más tiempo.

¿Qués es? ¿A quién y cómo afecta?

Cuando hablamos de depresión parece que nos estemos refiriendo a una sola enfermedad. Pero no es así, dentro de los cuadros depresivos hablamos al menos de ocho entidades clínicas diferentes, según los criterios diagnósticos más recientes del DSM-5.

Si bien el Trastorno Depresivo Mayor representa la categoría principal dentro de los trastornos depresivos, por su elevadísima frecuencia (entre un 10 y un 15% de prevalencia-vida), no hay que desdeñar la alta incidencia de la distimia que es de entre el 3 y el 6% de la población general en países industrializados. A su vez la prevalencia-vida se sitúa alrededor del 1,5% lo que equivale a decir que cada año más de cien millones de personas padecerán este trastorno.

Otra diferencia entre distimia y depresión mayor es su distribución por sexos, siendo ligeramente mas frecuente en mujeres (1,8%) que en hombres (1,3%). Recordemos que en el caso de la depresión mayor el ratio entre hombres y mujeres es de 2 a 1. Si consideramos el porcentaje de afectados en asistencia primaria se eleva considerablemente, hasta casi el 15%. La explicación de este fenómeno radica en la propia naturaleza de la enfermedad.

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Históricamente este trastorno se ha conocido como depresión neurótica, neurosis depresiva, depresión crónica, personalidad depresiva e incluso depresión atípica. El concepto que manejamos hoy en día fue acuñado a finales de la década de los setenta por Robert Spitzer que reemplazaba al término anterior de “personalidad depresiva”.

La distimia es un trastorno en el que sobresale un ánimo deprimido que aparece la mayor parte del día, durante la mayor parte de los días, durante al menos dos años o al menos un año en niños y adolescentes. El paciente debe presentar además dos (o mas) de los siguientes síntomas acompañantes:

  • Poco apetito o por el contrario sobreingesta alimentaria.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Fatiga, poca energía.
  • Baja autoestima.
  • Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones.
  • Sentimientos de desesperanza.

Esto es, problemas físicos y cognitivos similares a los que se producen en la depresión mayor, pero con síntomas menos graves aunque ya hemos visto que muy duraderos. Además, la distimia no se presenta de forma aguda, y siendo como es un trastorno crónico, los pacientes suelen tardar mucho tiempo a ser diagnosticados, puesto que al experimentar los síntomas a lo largo de mucho tiempo existe lo que llamaríamos un cierto “acostumbramiento” a los mismos.

Como consecuencia, pueden creer que la depresión que padecer forma parte de su carácter o su manera de ser, por lo que a pesar del sufrimiento y la falta de alegría con la que van viviendo la vida, no buscan ayuda para su mal, aunque si la fatiga, el insomnio y las dificultades de concentración son las razones por las que acuden a visitar a su médico de cabecera.

Otra de las características de la distimia es que existen forman de presentación de inicio temprano, si tenemos instaurada el cuadro antes de los 21 años. distimia-ninoDesde luego, temprana edad para encontrarse crónicamente triste o “con el ánimo por los suelos” en palabras de los pacientes. En muchas ocasiones se encuentran malhumorados y como si nada, o muy pocas cosas, les proporcionaran auténtica felicidad. Algo así como si estuvieran viviendo en “El Pantano de la Tristeza”.

Al menos tres cuartas partes de los pacientes afectados de distimia presentan también otra enfermedad crónica, ya sea física o psiquiátrica, entre éstas las mas habituales:

  • Trastornos de ansiedad (hasta el 50%)
  • Abuso de sustancias, especialmente alcohol (casi el 50%)
  • Trastornos somatomorfos (el 45%)
  • Trastornos de personalidad (40%). Esta asociación es especialmente frecuente en individuos jóvenes.

En los paciente adultos que sufren distimia, los síntomas psicológicos están asociados a problemas médicos y acontecimientos vitales de pérdida y mayor número de estresores ambientales.

Y por si fuera poco las personas con distimia tienen una probabilidad superior a la media de desarrollar una depresión mayor, cuando ocurre se denomina “depresión doble” y suele ser el momento en que los pacientes con distimia acuden a una consulta en salud mental.

El Pantano de la Tristeza

Es una referencia del libro de Michel Ende “La Historia interminable”. En el Reino de Fantasía, peligrosamente acechado por La Nada, existe un temible lugar que es el Pantano de la Tristeza. Las personas que lo atraviesan se ven atrapadas en un profundo malestar, que si llega hasta su corazón les atrapará para siempre, como sucede con Artax el caballo del joven guerrero Atreyu. 

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Atreyu y Artax en el Pantano de la Tristeza

 

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Bastian Baltasar Bax, lector y protagonista de esta historia de superación

En la novela, el protagonista Bastian debe comprender que la tristeza es producto de no aceptar la realidad, y que esa no aceptación no es solución para sus problemas, que debe ser capaz de superar su pérdida para poder avanzar.