MENS SANA IN CORPORE SANO
Ruinas de una palestra romana


“Orandum est ut sit mens sana in corpore sano.
fortem posce animum mortis terrore carentem,
qui spatium vitae extremum inter munera ponat
naturae, qui ferre queat quoscumque labores,
nesciat irasci, cupiat nihil et potiores
Herculis aerumnas credat saevosque labores
et venere et cenis et pluma Sardanapalli.
monstro quod ipse tibi possis dare; semita certe
tranquillae per virtutem patet unica vitae”     
      Decimus Iunius Iuvenalis (*) 
No solo la dualidad MENTE/CUERPO es una falacia, por muy cartesiana (**) que parezca, ya que la mayoría de las llamadas “enfermedades de la mente” tienen un correlato en la neurofisiología del órgano rector del ser humano: el cerebro. Y también nuestra fisiológica es la responsable de la conducta y de las emociones.
Pero además, existe una gran comorbilidad entre enfermedades médicas y trastornos psiquiátricos. Este es un hecho que se ha ido haciendo evidente en todos los sentidos:

  • Los pacientes con enfermedades psiquiátricas graves, como la esquizofrenia, la anorexia nerviosa o los trastornos por consumo de sustancias, tienen reducida su esperanza de vida en comparación con la población general.
  • A su vez, existe un aumento de la prevalencia (no siempre claramente explicada) de condiciones médicas como la diabetes, la psoriasis y la hepatitis C en pacientes afectos de cuadros depresivos y cuadros de ansiedad.
  • Por otra parte, algunos tratamientos para condiciones médicas como la propia hepatitis C, los fármacos antirretrovirales contra el virus HIV, y múltiples tratamientos para enfermedades crónicas, como el Parkinson pueden producir fenocopias de trastornos depresivos. También, múltiples fármacos como los indicados frente al asma y los corticoides pueden producir síntomas de ansiedad.
  •  Asimismo, casi todas las enfermedades médicas (excepto las muy agudas) se asocian a padecer cuadros depresivos secundarios, la mayoría situaciones de desmoralización producidas por el dolor, la impotencia funcional y el rol de enfermar.
Esto es, los profesionales que entendemos de la vida psíquica no podemos olvidar el cuerpo, no podemos olvidar que antes que psiquiatras somos médicos, para descartar enfermedades orgánicas, evitar o minimizar efectos adversos y mejorar en todos los sentidos la calidad de vida de nuestros pacientes. 





(*)  Decimus Iunius Iuvenalis (Juvenal)
Esta cita latina, que proviene de las Sátiras de Juvenal. Es famoso el primer verso, el que hace referencia a “mens sana in corpore sano”.
Si leemos los versos de esta cita al completo, observaremos que su sentido original es el de la necesidad de orar para obtener salud, tanto de mente como de cuerpo… Entre otras otras cosas buenas por las que se debe rezar. 

Pero esta décima de Juvenal nos sirve de referencia por dos motivos: 

  1. Por la importancia que los antiguos romanos daban al ejercicio del cuerpo, hecho que impregnó su cultura y la vida diaria, como lo atestiguan las ruinas de las palestras (gimnasios) y los campos de entrenamiento como el Campo de Marte en Roma. 
  2. Además de salud, Juvenal aconseja orar para tener templanza frente a la vejez y a la muerte, para considerar la vida y el tiempo que se nos concede como un regalo de la naturaleza, ser constantes, eliminar la ira, la crispación y la envidia, evitar la molicie y ser virtuosos. 
Aquello que Juvenal consideraba bueno para los romanos de su época, seguro que también para nosotros lo es. 

Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano.
Pedid un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte,
Que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza.,
Que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos,
Que no sepa de ira, y esté libre de deseos
Y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Sardanápalo (***)
Te muestro lo que tú mismo puedes darte, con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila.
                                            Décimo Julio Juvenal
(**)   Mentalidad cartesiana o dualismo cartesiano

René Descartes
El dualismo cartesiano se refiere al movimiento intelectual suscitado por el pensamiento de René Descartes a finales del siglo XVII y principios del XVIII, cuya influencia se encuentra en pensadores posteriores. Descartes definió la separación de sustancias:
  • Alma, es la que tiene la capacidad para discernir entre lo bueno y lo malo (lo que llamamos mente).
  • Cuerpo, que está determinado por el ambiente y se reduce a leyes mecánicas.
Esta dualidad cartesiana ha perseguido al mundo de la Medicina hasta nuestros días.







(***)  sARDANÁPALO 
La muerte de Sardanápalo (Delacroix, 1827)

(***) Sardanápalo -también llamado Asurbanipal- fue un rey asirio que era representado por los antiguos griegos como un sátrapa disoluto, apegado a los lujos y placeres sensuales al mejor estilo de las cortes orientales). Es decir un monarca que ejercía el poder absoluta, siendo además un vividor en cuya corte imperaba el lujo más excéntrico y la lujuria desenfrenada. 

Por ello Juvenal lo utiliza como antítesis de una vida esforzada y virtuosa.