Pues mira, ya sé que llego tarde y no quería, pero después de ver y leer exhaustivamente los amargos coletazos de la final del Mundial de fútbol femenino, también voy a hablar de ello,

En mi casa no somos especialmente amantes del futbol, pero, como la final masculina del 2010, esta final femenina coincidió en ese período postvacacional y límbico (de estar en el limbo, no del sistema límbico cerebral), por no haber vuelto al trabajo, y lo vimos ese domingo en directo.  

Se fue desarrollando el partido, 1-0 para España, la media parte, el penalti pitado a favor de nuestra selección y fallado (con o sin “trampuchi” de la portera inglesa) por la jugadora Hermoso. Los treeeeece minutos añadidos, la emoción del final. Comentario en casa, que bien juegan estas chicas, parecen el Barça de Guardiola (que se me perdone mi comentario que adolece de la deformación catatímica (*) de las preferencias o sublimación con un equipo).

Saltos en el campo, coletas y trenzas arriba y abajo con el jolgorio correspondiente de las jugadoras y los asistentes.  Ceremonia de entrega. Pasan las inglesas ante el pasillo de las jugadoras españolas (bonito detalle protocolario) y les van entregando las medallas de subcampeonas. Aquí veo en el palco a nuestra reina acompañada de su hija menor, la infanta Sofía de 16 años, creo. Recordatorios especiales, a los árbitros, ayudantes, y los galardones especiales: al mejor portero (o portera, no se lo que es políticamente correcto), a la mejor jugadora joven y a la jugadora más valiosa del torneo. Después pasan las españolas para recibir las medallas y finalmente la capitana medalla y trofeo.

Y luego el tsunami… Sinceramente, en la retransmisión no vi (no porque no los hiciera, sino porque no se si los pasaron en el directo) los gestos de tocamiento de genitales del federativo cuyo apellido no voy a mencionar, Pero sí me extrañó y molestó el abalanzamiento gorilesco sobre una jugadora y el beso plantado en la boca a la misma (que raro, ¿es su pareja o de su familia?…) que desacertada la excesiva efusividad.

Cuando empiezan a salir las protestas, el federativo se escuda en que le pidió permiso a la muchacha para ¿un piquito? Tengo que reconocer que odio esa palabra, pico, para referirse al beso fugaz en los labios, la RAE lo reconoce como “coloquial” en su decimoséptima acepción, pero no sé, a mí me parece vulgar y todavía más zafio usado en diminutivo.

Pero a lo que iba, un federativo, directivo o jefe de alguien que ocupa una posición jerárquica, le pide a una empleada u empleado: ¿Te puedo dar un beso (o pico)? En sí ya me parece un despropósito total la petición que claramente se apoya en el rango. Pero si no ha mediado petición o permiso, ya es una clara muestra de prepotencia, insensatez y desdén hacia la otra persona, sin ningún paliativo.  Y no, no se justifica por la alegría del momento.

La historia la hemos leído en prensa, redes y medios de comunicación hasta la náusea. Discurso victimista y prepotente del directivo, presiones a la jugadora, reacciones al principio tímidas y mas tarde, como en mancha de aceite se va haciendo mayor y mayor la repulsa.

Pero ¿qué sucede en nuestra sociedad? no creo que sea una cuestión exclusivamente de machismo, sino simplemente de respeto. La corrección, la educación, el comedimiento y la contención forman parte de ese respeto para todos, y también del respeto hacia el cargo y la representación que se ostenta con el mismo.  No sé qué funciones tiene esa presidencia, pero parece que está bien remunerada (supongo que de ahí la “defensa numantina” del federativo, que sinceramente poco ha aprendido de formas y respeto), pero no será la de besuquear a jugadores o miembros de los equipos, ni cargárselos al hombro. A Iniesta no recuerdo que el federativo de turno le plantara un pico en los labios.  

Espero que la joven jugadora se rehaga (deseo que sea así) del bochorno sufrido y de la presión ejercida sobre ella.

Además el éxito deportivo de las chicas ha quedado difuminado, empañado y anecdótico ¿se ha puesto en valor que es la tercera vez que nuestra selección iba a un Mundial? Cuanto trabajo, deseo y esfuerzo que se podría haber celebrado con alegría, serenidad y sin necesidad de manifestaciones simiescas (pidiendo respetuoso perdón a nuestros primos primates).

Mientras tanto, el mundo sigue girando y además de las desgracias que nos infligimos los unos a los otros (sigue la guerra de Ucrania), también la naturaleza (que debe estar hartísima del homo sapiens) se ceba en nosotros, tras los fuegos del estío, inundaciones y muertes. Y este fin de semana, terremoto en Marruecos, mas de dos mil quinientos muertos y dos mil heridos, ruina y desolación.

O sea, que lo que le pase al federativo es una bagatela (leo que hoy ha dimitido). O quizá no, ya que es el resultado y fiel reflejo de actitudes que persiste en nuestra sociedad: la prepotencia, la falta de autocrítica y el desdén hacia los demás.

Deformación catatímica

Se trata de un concepto psicológico que alude a la repercusión de un determinado sentimiento (o incluso preferencia) sobre una función cognoscitiva como es la percepción. La pasión modifica las ideas del sujeto a través de esta catatimia, formándose ideas sobrevalorados.