Depresión: la vida sin color


Cuando a una persona le diagnostican de un cuadro depresivo, se siente además tremendamente abrumada.

Ya hemos hablado de los síntomas de esta enfermedad (mejor dicho de este grupo de enfermedades, ya que hay diferentes formas clínicas). Pero en todas ellas, la tristeza, la irritabilidad y el estado anímico bajo se adueñan del mundo mental de la persona que la sufre.

Y no solo eso, sino una total falta de energía (los psiquiatras lo denominamos anergia) resultando muy difícil acometer cualquier tarea… en los casos de depresión más grave resulta prácticamente imposible. También la falta de motivación o entusiasmo, que va desde una actitud apática a una total carencia de voluntad (a esto se le denomina abulia) pero ojo, no olvidemos que no estamos hablando de términos morales, sino desde una perspectiva de enfermedad. Así, la abulia y el resto de los síntomas vienen impuestos por las características de la enfermedad, no porque al paciente “no ponga de su parte o “no tenga voluntad de curarse”.

También los pacientes con depresión experimentar una incapacidad para sentir placer de acciones, cosas o situaciones que en otro momento les parecían gratas (y a esto le llamamos anhedonia). Para quien experimente esto, aunque haga un esfuerzo para involucrarse en alguna cosa placentera no experimentará un disfrute, a veces hay pacientes que me explican cosas así:

            “Me llevaron a ver una película de humor, para animarme, mi marido se rio mucho, bueno todos en el cine… yo también entendía que hacía gracia, pero me sentía alejada y solo esbocé alguna sonrisa de vez en cuando. Qué envidia ver a todo el mundo tan contento.”

Que extraña la risa de los otros cuando alguien sufre depresión


Los pacientes en este estado requieren tratamiento psicofarmacológico con antidepresivos. Pero no sólo eso, ya que en contra de la “opinión popular” de que “las personas deprimidas no hacen nada para ayudarse a sí mismo”, los pacientes con depresión desean combatirla con todas sus fuerzas (aunque recordemos que son pocas).


Por tanto conviene establecer un plan de AUTO-AYUDA 

Vamos a ver cuáles serían mis recomendaciones.


·     –Es bueno mantener un horario y planificación, aunque uno esté de baja laboral o de baja académica por la enfermedad.

Organice un sencillo horario
·      – Hay que mantener una buena higiene del sueño:
o   Asegurar las horas de sueño nocturno y que este sea reparador.
o   No dormir en el sofá.
o   Levantarse por la mañana (no hace falta que el paciente se despierte “al alba”, pero sí que se evite la inversión del horario).
o   Todo esto que puede parecer obvio, es importante dado que la mayoría de las personas con depresión experimentan su peor momento por la mañana.

Duerma por la noche, y en su cama

·      – Alimentación:
o   Procurar una alimentación equilibrada y rica en fibra.
o   No saltarse las comidas, aunque no se tenga apetito. Coma menos, pero a sus horas.
o   Hidrátese bien
o   No ingerir alimentos hipercalóricos en lugar de una comida cocinada.

Coma saludablemente


·       –Mantener un cierto nivel de actividad. Hacer una lista de cosas a realizar, en la que  debe incluirse:
o   Aseo e higiene, cuidado personal. Vestirse, aunque no se tenga que ir a ningún sitio.
o   Un mínimo de ejercicio físico (al principio puede tratarse de un corto paseo). Es preferible no marcarse grandes objetivos, pero sí ser constante con ello.
o   Intentar hacer alguna de las cosas que normalmente nos resultaban gratificantes (escuchar música, hablar con algún amigo…) aunque no se obtenga el mismo placer por ello.
o   Mantener un mínimo de actividad intelectual: leer el periódico (muchas personas con un cuadro depresivo les resulta difícil hasta leer los titulares de la prensa…)
o   Realizar alguna tarea no fatigosa (puede tratarse de algo doméstico, algún recado pendiente o similar).
o   Verificar si se modifica el estado anímico tras un pequeño logro.

Evite permanecer todo el día en pijama…

Aunque le cueste, salga un poco a pasear…

… intente leer
«Mujer leyendo» Matisse, 1921

·       –Intentar controlar el pensamiento negativo:
o   Este es el apartado que tiene mayor dificultad, porque las personas con un cuadro depresivo piensan “en negativo” por el propio trastorno, entonces en ese período de enfermedad, inactividad y desánimo es fácil que la mente se “entretenga” en los problemas, conflictos y el propio malestar.
o   Es bueno repetirse que este es un estado pasajero y que tendrá su fin.
o   No se sienta culpable por sufrir una depresión. No es una invención de su mente, ni se lo ha buscado… se trata de una enfermedad.
o   Cualquier duda que le surja, consulte a su médico. Es quien conoce su caso.  Recibirá muchos consejos bienintencionados pero no siempre acertados.


La depresión pasará… el paisaje poco a poco se llena de color


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