Altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad. Qué cualidades tan humanas… Pues bien, el investigador holandés Franz de Waal, uno de los más importantes primatólogos a nivel mundial (etólogos especialista en psicología y conducta de los primates) sostiene que la especie de monos llamada bonobos es capaz de experimentar estas características, que en un lenguaje moralista podríamos calificar como virtudes.
El bonobo (Pan paniscus), también llamado chimpancé pigmeo es una de las dos especies que componen el género de los chimpancés, Pan, siendo la otra especie que componen este género el mucho más conocido chimpancé común (Pan troglodytes). Se distribuyen en las densas selvas húmedas de África central al sur del río Congo y al norte del río Kasai. La especie se encuentra en peligro, según la UINC (organización internacional dedicada a la conservación de los recursos naturales) quedando solo unos miles de ejemplares, debido a tanto a la pérdida de su hábitat natural, como a la caza que se ha incrementado dramáticamente en los últimos años debido a la guerra civil en la República Democrática del Congo.
El descubrimiento del bonobo se atribuye a Ernst Schwarz que lo definió como especie diferenciada en 1929. Se distinguen por la tendencia de sus individuos a deambular erguidos, por su cultura matriarcal e igualitaria y por el papel preponderante de la actividad sexual en su sociedad.
Desde el punto de vista genético, el bonobo (junto con el chimpancé) es el animal más emparentado con los humanos, ya que compartimos más del 98% de nuestro código genético. Y la línea evolutiva de nuestros ancestros (bonobo y chimpancé/humanos) se separó hace sólo unos seis millones de años. Una bagatela para la cronología de la evolución.
Pero lo más interesante de este primo ancestral son las peculiaridades de su comportamiento, sus similitudes con el nuestro… y hasta me atrevería a decir que se acerca más al ideal humano que nosotros mismos.
• Comportamiento social
Los primatólogos que han estudiado los bonobos en la naturaleza han documentado una amplia gama de comportamientos, incluyendo comportamiento agresivo en situaciones de amenaza aunque en general son más pacíficos y amistosos. Muestran mayor variedad de interacciones en cuanto al comportamiento sexual.
La mayoría de los estudios indican que las hembras tienen un estatus social más alto en la sociedad bonobo. Muy raramente son atacadas por los machos y éstos se muestran tolerantes con las crías y los individuos jóvenes. El estatus de un macho se deriva del estatus que tiene la madre en su grupo, y además el vínculo madre-hijo se mantiene fuerte y a menudo continúa durante toda la vida. Los bonobos no siguen un patrón de emparejamiento, por lo que la atención de las crías es asumida por las hembras.
Los grupos suelen tener como máximo unos cien individuos que exhiben un patrón de fusión-fisión: esto es, la comunidad se separa durante el día en busca de alimentos, y se reúne en la noche para dormir juntos en nidos que construyen en los árboles.
Se ha descrito a la especie como extraordinariamente pacífica y también se ha documentado que los bonobos salvajes pueden resolver los conflictos mediante el contacto sexual (“Haz el amor no la guerra”). Entre los grupos se puede producir la mezcla social en que miembros de diferentes comunidades mantengan relaciones sexuales (un comportamiento insólito en otras especies de primates).
Haz el amor no la guerra. Mucho antes de la guerra de Vietnam, ya era practicado por los bonobos
Aunque obviamente existen conflictos entre grupos rivales de bonobos, éstos son infrecuentes. Se ha especulado con la hipótesis de que la abundante vegetación de su hábitat natural les permite llevar una vida más pacífica.
• Similitudes con los humanos
-Los bonobos son capaces de pasar la prueba del espejo de Gallup, de reconocimiento de la autoconciencia, al igual que todos los grandes simios.
-Entre ellos se comunican principales a través de vocalizaciones, aunque no se conocen los significados de las mismas.
-Además el sistema de comunicación bonobo incluye otra característica que antes solo había sido descrita para los humanos: utilizan el mismo sonido o llamada en diferentes situaciones y el sujeto receptor interpreta el significado en relación al contexto.
-Por otra parte, los humanos somos capaces de reconocer sus expresiones faciales y algunos de los gestos que realizan con las manos, como una invitación a aproximarse a ellos, habitualmente para jugar.
Kanzi es capaz de manejar herramientas y hacerse una tortilla…
-Se ha podido adiestrar a ejemplares de la especie a los que se les ha enseñado a comunicarse utilizando un teclado con la inscripción de símbolos geométricos. Uno de estos ejemplares, Kanzi, dispone de un vocabulario de más de quinientas palabras en inglés y se le calcula una comprensión de unas 3000 palabras en ese idioma…
• El fenómeno del consuelo:
Tanto los humanos como otros simios antropomorfos, los bonobos son capaces de consolar a la víctima de una agresión mediante el contacto físico: abrazo, caricias, rascado, sentarse al lado. Este contacto afectivo puede producirse por petición de la víctima o bien es ofrecido espontáneamente, y en este hecho se ha vasado la hipótesis de “protección de la víctima” que especula que dicho contacto afectivo reduce la probabilidad de que otros miembros del grupo efectúen nuevas agresiones.
También se ha estudiado que solo el consuelo espontáneo reduce la ansiedad en la víctima, con lo que los investigadores plantear la posibilidad de que la víctima percibe la autonomía motivacional del individuo que ofrece el gesto. Asimismo, se comprobó que el contacto afectivo espontáneo cumple el gradiente empático descrito para los seres humanos: el consuelo se realiza más frecuentemente entre parientes, un poco menos entre individuos «amigos» con buenas relaciones y con una frecuencia significativamente menor, entre conocidos. Por lo tanto, el consuelo en la especie bonobo podría ser un fenómeno que posee una base empática.
• El desarrollo emocional:
Crías de bonobo se desarrollan emocionalmente como los niños humanos
Un grupo de investigadores del “Centro de Investigación Nacional de Primates Yerkes” de la norteamericana Emory University publicaron recientemente en “Proceedings of the National Academy of Sciences” un estudio en el que concluyeron que existen sorprendentes similitudes entre el desarrollo emocional de los bonobos (en su hábitat natural) y el de los bebés humanos, lo que sugiere que estos grandes simios regulan sus emociones de una manera similar a la humana.
Al igual que en humanos, los bonobos huérfanos (que habían crecido en la reserva al cuidado de humanos) tenían mayores dificultades para manejar la excitación emocional, ya estos animales les llevaba mucho más tiempo recuperarse de la angustia de una experiencia negativa.
La empatía permite a los grandes simios y los seres humanos absorber el sufrimiento de los demás sin estar demasiado angustiados». Waal dice que esto también explica por qué los bonobos huérfanos, que han experimentado un trauma que afecta el desarrollo emocional, son menos competentes socialmente que sus pares criados por su propia madre bonobo.
Analizando la humanidad de esta especie, me pregunto por qué creemos los humanos que somos el pináculo de los seres vivos, si acaso somos una especie de primates que se comunican más (pero no mejor), que tienen más cosas (pero no somos más felices) y que “resuelve” sus conflictos peleando… Decididamente, que listos son estos bonobos.
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