FUMANDO ESPERO…


«Fumando espero»  es un tango compuesto en 1922, con música de Juan Viladomat y letra de Félix Garzo. 

Tirando de recuerdos
En mi infancia (entre los cincuenta y los sesenta del pasado siglo) era muy normal que la gente fumara. Recuerdo a mi abuelo fumador (fallecido por un cáncer de pulmón) y a mi padre también fumador y fallecido por un problema vascular, casi diez años después de dejar de fumar.
Se fumaba en casi todas las casas, normalmente los hombres y también algunas mujeres, pero éstas lo hacían menos o era un consumo para fiestas, como en banquetes de bodas, comuniones, y bautizos… salvo aquellas mujeres que se consideraban “liberadas”.
En las películas e incluso en la televisión se veía a la gente fumando con toda normalidad, presentando programas de entrevistas, en los informativos, etc. Recuerdo los cowboys que salían en los  anuncios de Marlboro que se pasaban en todos los cines, con esas vistas extraordinarias de Monument Valley y otros parajes del medio oeste norteamericano… que sensación de pureza y de libertad.

El maravilloso paisaje de Monument Valley en Utah

A estos anuncios les daba una singular fuerza la música que Elmer Bernstein compuso para la película “Los siete magníficos” y que más tarde compró la empresa de Marlboro para sus anuncios.  Cuatro hombres que aparecieron en dichas spots publicitarios, Wayne McLaren, Davin McLean, Kick Hammer y Eric Lawson fallecieron por enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco y salvo uno, todos antes de los cincuenta y dos años.


  
La banda sonora de la película «Los siete magníficos» compuesta por Elmer Bernstein

Y si no me engaña la memoria, tengo un vago recuerdo de mi pediatra, que después de la exploración, cuando emitía las recetas y aconsejaba a mi madre lo hacía en un despacho sólido y contundente de madera oscura y siempre acompañado por un cigarrillo que fumaba distraídamente por lo que casi todo se quemaba en un cenicero de bruñido latón.  
En mi adolescencia, mis amigos varones obtuvieron el beneplácito familiar para fumar a partir de una cierta edad, normalmente a los dieciséis o diecisiete.  Para las niñas eran más estrictos, aunque las chicas probábamos el tabaco, claro. Yo tuve la gran suerte de que me horripiló la sensación con el primer cigarrillo que me llevé a los labios, esa especie de amargor que además quemaba y se introducía en boca, nariz y garganta. Mi primera calada y última. Seguramente fui tachada de ñoña por mis amigos… repito, que suerte tuve.
EL TABACO, algo de historia (1)
El tabaco es un producto de agricultura, procesado a partir de las hojas de la especie vegetal denominada Nicotiana tabacum. Se trata de una planta originaria de la zona andina entre Perú y Ecuador, aunque su cultivo se encontraba extendido en todas las zonas cálidas de América. Los primeros cultivos realizados por el hombre se datan alrededor de cinco mil a tres mil años a.C.

Cultivo de tabaco en Colombia

Cuando los españoles colonizan América, el uso de la sustancia estaba extendido por todo el continente, además  el consumo adoptaba diferentes variedades: se fumaba (esto es inhalar y exhalar el humo del tabaco mientras se quema), pero también se comía, se utilizaba bebido en infusiones, se untaba sobre el cuerpo, se usaba también en gotas para los ojos y también como enema. Parte de dicho consumo era ritual y religioso.
Dos expedicionarios compañeros de Cristóbal Colón en la Santa María,  Rodrigo de Jerez y Luis de la Torre son los primeros europeos en ver fumar en Guanajaní (Bahamas). Los nativos les enseñaron unas fragantes hojas secas que introdujeron en rollos de hojas de palma o de maíz. Se encendía por un lado y se “bebían” el humo que salía por el otro. Cuando Rodrigo de Xerez, que era natural de Ayamonte vuelve a España, adopta este hábito… que le valió un severo castigo, ya que el humo que lo rodeaba asustaba a sus vecinos. La Inquisición lo encarceló acusado de brujería, “ya que sólo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca”. Permaneció siete años encarcelado y cuando fue puesto en libertad –como las modas arrasan- la costumbre de fumar se había extendido.

A Rodrigo de Xerez le costó cara su afición al tabaco

En 1527 ya se recoge en la obra “Apologética historia de las Indias” de Bartolomé de las Casas, la forma en que los nativos americanos aspiraban el humo provinente de rollos de hojas encendidas. Y en 1535, en la “Historia General de las Indias” de Gonzalo de Oviedo se describe la planta y sus usos.
El rey español Felipe II ordena al cronista e historiador Hernández de Boncalo que trajera semillas de la planta del tabaco, y así llegaron a España en 1559. Estas semillas se plantan y su cultivo prospera en una zona de los alrededores de Toledo, conocida como los Cigarrales, iniciándose el cultivo de tabaco en Europa.
Un poquito de filología… mezclada con la historia:
A propósito del nombre TABACO existe cierta controversia.  Algunos dicen que proviene de la castellanización del nombre de la isla antillana de Tobago. Sin embargo, es más probable que proceda de la palabra árabe “tabbaq”nombre que se aplicaba en Europa en el siglo XV a diversas plantas medicinales.
A su vez, se cree que la palabra CIGARRO provendría de la zona toledana de los Cigarrales, donde se plantan las primeras semillas americanas.
Nicotiana tabacum
Por otra parte, la palabra NICOTINA (uno de los componentes del tabaco) proviene de la denominación “Nicotiana”con el que el botánico sueco del siglo XVIII Carlos Linneo bautizó al género de estas plantas. El nombre se escogió en honor al que fuera embajador francés en Portugal a principios del siglo XVI, Jean Nicot de Villamain, que introdujo el tabaco en la corte francesa, aunque en su forma aspirada (rapé) y así durante un tiempo se llamó a la planta del tabaco “hierba del embajador”.
El embajador Jean Nicot














               Y de vuelta a la historia…
A finales del siglo XVI el navegante Sir Francis Drake introduce el tabaco en Inglaterra, y el explorador Walter Raleigh inició en la corte isabelina la costumbre de fumar el tabaco en pipas, como símbolo de elegancia, aristocracia y distinción.

Fumador de tabaco en el siglo XVI
El tabaco se convirtió en un artículo comercial cada vez más popular, no obstante inicialmente con las primeras variedades introducidas en Europa, el humo era demasiado denso para ser inhalado fácilmente, por lo que se precisaban artilugios como pipas de agua. Recordemos que la inhalación de humo ya era común milenios antes en la India y China a través del consumo de cannabis  y de opio.  

No obstante, a pesar de irse popularizándose el consumo el tabaco no representó un tan grave problema de salud hasta la revolución industrial, momento en el que comenzó su producción masiva. 

Esclavos trabajando en una plantación de tabaco en Virginia
El tabaco había servido para potenciar la economía en amplias zonas del sur de los Estados Unidos, y tras la guerra civil norteamericana la empresa tabaquera de Richmond (Virginia) “Allen & Ginter” ofreció un premio de 75.000 dólares para quien inventara una máquina capaz de enrollar cigarrillos. La máquina del inventor James Bonsack patentada en 1880 fue capaz de producir 120.000 cigarrillos en diez horas (o lo que es lo mismo 200 cigarrillos por minuto) lo cual revolucionó la industria del tabaco provocando un enorme crecimiento de la misma.

El diseño de la máquina «diabólica» de James Bonsack

 ¿Por qué es nocivo el TABACO?


                                                                             ... Continuará


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