Esta imagen aterrorizaría a Napoleón Bonaparte

Hoy quiero referirme al grupo de trastornos de ansiedad llamados “Fobia simple”. A pesar de su denominación … simples no lo son
La palabra fobia deriva del término griego phobos que significa temor, pánico y terror, y a su vez del dios mitológico del mismo nombre, que poseía la capacidad de provocar pánico en sus enemigos.
 

El dios griego Phobos, cerámica siglo III a.C.

En papiros egipcios sobre medicina y también en el corpus hippocraticum ya hay referencias a personas que padecían un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. En la obra de Celso, un filósofo y médico griego del siglo II se habla de la hidrofobia, como síntoma importante de la rabia.

Papiro de Ebers. Los médicos egipcios ya describían la depresión y las fobias

Sin embargo, la palabra fobia, descrita tal como la conocemos hoy en día se empieza a utilizar a principios del siglo XIX. En 1866 el psiquiatra francés Morel, las sistematizó y agrupó junto con la neurosis obsesiva, bajo el nombre de delirio emotivo.
Portada del libro esencial de Isaac Marks:
«Vivir con miedos»




Tras un periplo nosológico (fueron agrupándose y clasificándose con otras neurosis), la aportación más valiosa para el conocimiento de este trastorno corresponden por igual  al británico Marks, quien en 1969 sistematiza su estudio y clasificación, y a los norteamericanos Klein y Sheehan, que elaboran con precisión el origen de ciertas agorafobias a partir de las crisis de angustia.







Veamos pues, las características de las FOBIAS;  sabemos que son TEMORES (es decir presentar síntomas de ANSIEDAD):

  1. Desproporcionados a la situación que los crea.
  2. No pueden ser explicados o razonados.
  3. Se encuentran fuera del control voluntario de quien los padece.  (Doy fe, una buena amiga que sufre de fobia a los insectos voladores es capaz de cruzar una carretera sin mirar… y exponerse a ser atropellada por un camión si ha visto una mosca).
  4. Conducen a la evitación de la situación temida.

Aunque los temores fóbicos pueden presentarse en relación a un número extensísimo de estímulos… y podemos clasificarlos en relación a éstos:
·      TEMORES FÓBICOS MÁS FRECUENTES:
o   Temor a las enfermedades (Nosofobia)
o   Situaciones y elementos de la naturaleza
o   Temor a los animales (Zoofobia)
o   Temor a objetos cotidianos
Y a su vez, si observamos la perspectiva de donde se sitúa el estímulo fóbico en relación al sujeto, tendremos:

  • Fobias a estímulos externos:
      •    Fobias a animales:    3%
      •  Síndrome agorafóbico:    60%
      • o  Fobias sociales:    8%
      • Otras fobias específicas:   14%
  • Fobias a estímulos  internos:
      •  Nosofobias (miedo a enfermar) 15%

Sin embargo, los estudios sobre los mecanismos fisiopatogénicos (modo de enfermar) han acabado delimitando las diferencias entre las mismas, así tenemos tres conjuntos con unas peculiaridades diferentes:
·      Agorafobia:
Trastorno de ansiedad en el que prevalece el miedo a las situaciones cuya evitación es difícil o embarazosa, o donde no se puede recibir ayuda en caso de sufrir una crisis de pánico. Podemos decir que la agorafobia es el miedo al miedo. Las personas con agorafobia temen las situaciones que pueden generarles sensaciones de ansiedad con miedo a la propia activación fisiológica. La agorafobia está estrechamente ligada al trastorno de pánico.
·      Fobia social:
Se caracteriza por un miedo intenso en situaciones sociales, que generan una considerable angustia y deterioro en la capacidad de funcionamiento en distintas áreas de la vida diaria (habida cuenta de la cantidad de interacciones sociales que nos son precisas cada día).
Además yo añadiría, que la persona con fobia social o trastorno de ansiedad social no es simplemente una persona tímida (introvertida) o por el contrario un misántropo, sino personas que temen (y por tanto evitan) la interacción social aunque la desean, viéndose incapaces de mantenerlas.
Y por fin llegamos a las …
·     Fobias simples (monosintomáticas o específicas):

Trastorno de ansiedad, en el cual la persona puede sentirse extremadamente ansiosa o incluso sufrir un ataque de pánico, cuando se expone al objeto del miedo.
Representan los trastornos psiquiátricos más comunes, ya que afectan hasta el 10% de la población general. En edad infantil, incluso son mucho más prevalentes, pero con la maduración y el aprendizaje estos miedos van disminuyendo.
Como en casi todos los trastornos de ansiedad, las mujeres son casi dos veces más propensas que los hombres.
Síntomas:
Las personas que sufren una fobia simple padecerán unos síntomas comunes:
  1.    Un importante incremento de la actividad vegetativa, con taquicardia, sudoración, vasoconstricción periférica, enrojecimiento, palidez, malestar digestivo, sequedad de boca, etc.  
  2.  Realizará una conducta de evitación o escape ante el objeto o situación temida. Si es forzado a mantenerse en la misma pueden aparecer perturbaciones de la ejecución motora.  
  3.  Anticipación de consecuencias favorables o catastróficas, con una evaluación negativa de la situación y de las capacidades para afrontarlas; es decir, creencia que la única solución es la evitación.
No siempre las fobias simples afectarán a la vida del paciente de igual manera. Ello estará en relación a lo común y frecuente que sea el estímulo en la vida de la persona. Por ejemplo, alguien puede sufrir una fobia a las serpientes (ofidiofobia). Si esta persona vive en un medio urbano, su evitación será fácil, no verá determinados documentales de animales y no irá al zoo; posiblemente tampoco viaje a determinados lugares exóticos (por si acaso), pero todo ello le afectará mínimamente en su vida cotidiana. Ahora supongamos que otra persona con la misma fobia tenga que viajar necesariamente a un país tropical, o sea contratado en la consulta de un veterinario.
Por otra parte, hay personas que sufren fobias antes estímulos o situaciones tan cotidianos, que les dificultará notablemente sus experiencias cotidianas. Se han descrito gran cantidad de fobias, cuyas denominaciones ocupan listas interminables. A continuación entre las más frecuentes:

Temor a:
Se llama
ENFERMEDADES
dolor
algofobia
muerte
tanatofobia
enfermedad cardíaca
cardiofobia
vomitar
emetofobia
a la sangre
hematofobia
al cancer
cancerofobia
alturas
acrofobia
SITUACIONES
lugares cerrados
claustrofobia
a los relámpagos
ceraunofobia
a los ríos
potamofobia
a la noche
nictalofobia
al mar
talasofobia
a las tempestades
queimofobia
a firmar
hipografofobia
a sonidos fuertes
ligurofobia
ANIMALES
a las serpientes
ofidiofobia
a las abejas
apitofobia
a los insectos
entomofobia
a los gusanos
teniofobia
a los perros
cinofobia
a los gatos
ailurofobia
OBJETOS COTIDIANOS
objetos cortantes
aigmofobia
botones
kompounofobia
payasos (disfraz)
coulrofobia
globos
globofobia (ligada a la ligurofobia)





Aunque parezca increíble, esta relajante imagen puede provocar temor (mar y noche: talasofobia y nictalofobia). 



Por otra parte, no parece existir una causa única de las fobias. Al parecer nuestro cerebro puede atribuir peligro a cientos estímulos, es decir que estos tienen una capacidad innata fobógena (ruidos, oscuridad, el mar, movimientos bruscos, algunos animales…).
En general se ha puesto en entredicho el origen genético de las fobias. No obstante algunos trabajos recientes, sugieren una participación genética diferente según el tipo de fobia.
Es evidente además, que existen influencias familiares y culturales en la determinación del estímulo fóbico, ya que frecuentemente el mismo temor se presenta en otros familiares cercanos al paciente. La situación sociocultural interviene, asimismo en la elección del tema fóbico, especialmente en las nosofobias, pues en el siglo XIX primaban la fobia a la tuberculosis o a la sífilis, éstas han cedido su puesto a la cancerofobia, la sidofobia o a las cardiofobias.

Mucha gente se siente incómoda acudiendo a hospitales, aunque hayan perdido esta imagen tétrica.
 La cercanía de la enfermedad puede atemorizarles. 

Si observamos la lista de temores fóbicos, veremos que en algunos casos estos objetos o situaciones pueden desagradarnos o crearnos incomodidad o asco,  aunque no sean peligrosos (creo que es el caso de las tormentas y relámpagos, los ruidos fuertes, y entre los animales, insectos y gusanos, y como no, las serpientes). En otros, nos sorprenderá que estímulos tan poco peligrosos, como los botones o animales como el gato, puedan atemorizar a alguien.
Pues bien, Napoleón Bonaparte sufría de ailurofobia. El gran general y conquistador de Europa, no solo fue vencido en Waterloo, por el duque de Wellington al mando de la coalición británico germánica, sino también lo podía ser por un gato doméstico.
Napoleón y sus generales en la batalla de Waterloo, 1815

El general Wellington, vencedor de Napoleón en Waterloo…

ó fue este:



También corre por internet que otro triunfador de nuestro siglo, Steve Jobs, sufría de kompounofobia (recordemos, fobia a los botones)… la información está basada por su forma de vestir e incluso se atribuye a esta peculiaridad el particular diseño táctil de algunos de sus productos.

Un joven Steve Jobs, presentando uno de sus productos.

Vestido con americana y sus correspondientes botones. 






En la siguiente, presentando el teléfono i Phone, ya vestido con su inconfundible jersey negro, sin botones. 


En la mitología griega Phobos era hijo de Ares el dios de la guerra (al que los romanos llamaban Marte). Phobos y su hermano Deimos acompañaban a Ares en cada batalla. La figura de Phobos se aparecía antes de la batalla, en referencia al miedo o pánico de los combatientes para luchar. 

El planeta Marte, en su viaje alrededor del Sol, también lo hace acompañado de Deimos y Phobos, sus dos satélites. 

Marte, acompañado de Phobos y Deimos.
Phobos (el satélite del sistema solar que está más cercano a su planeta) a la izquierda de la imagen.
 




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