Agosto…
 
Agosto.
Contraponiente
de melocotón y azúcar,
y el sol dentro de la tarde,
como el hueso en una fruta. 

La panocha guarda intacta
su risa amarilla y dura. 

Agosto.
Los niños comen
pan moreno y rica luna. 
 
Federico García Lorca   (Canciones) 
Un año más nos encontramos a las puertas de agosto, el mes del sol abrasador y tradicionalmente el mes de las vacaciones. 
 


El poema de García Lorca evoca los veranos campestres de la vega granadina, que son veranos teñidos del color amarillo radiante, de ese melocotón maduro que deslumbra en los veranos rurales. 

 


Agosto, calor espeso de nuestros campos y recuerdos de años atrás: de vacaciones de pueblo, de bicicletas sobre caminos de tierra, de raspones en las rodillas, de baños entre los guijarros de un río dolorosamente fresco, de insectos, de higueras que invitan a la escalada, de tractores envueltos en polvo dorado… de ir cada tarde al camino de las moras para ver si habían madurado, de olores teñidos de calor, de siestas impuestas a los niños, de meriendas de pan y chocolate,.. y después el alivio del repiqueteo de agua y la sombra de una tormenta. 

 
 
 


 
Siempre me parece que el año acaba en Agosto y no en Diciembre, como si de un curso escolar se tratara. A todos se nos genera una imperiosa necesidad de descanso, posiblemente porque han sido mucho los deberes cumplidos. Necesidad de cambiar de rutinas y de «llenar las pilas» (entre nosotros, una frase que aborrezco), pero ya nos entendemos…  

 
Y sobre todo Agosto es el mes de ver de nuevo el mundo con los ojos de los niños en vacaciones, hacia fuera y hacia dentro, con la mirada recién estrenada y llenos de ilusión. 
 
FELICES VACACIONES 


Una promesa. En septiembre intentaré no hablar de la «depresión postvacacional».