La manía consiste en una elevación anómala del estado anímico, que constituye una de las fases (la opuesta a la depresión) del Trastorno Bipolar.
No debe confundirse la manía o un estado maníaco con algunos rasgos obsesivos (conductas reiterativas o preocupaciones repetidas) como la obsesión por el orden y la limpieza (“es un maniático del orden”) o términos como piromanía (que es un trastorno psicológico del control de los impulsos que produce un gran interés por el fuego y su provocación), cleptomanía (también es un trastorno del control de los que lleva al robo compulsivo de cosas).