Hace referencia a las situaciones de estrés laboral, también se conoce como el “síndrome del trabajador quemado”. Se produce cuando existe una notable discrepancia entre las demandas del ambiente y los recursos de la persona para hacerles frente, siendo la respuesta adaptativa del organismo insuficiente para hacer frente a la situación.
A pesar de la preparación y cualificación técnica de un profesional, éstas pueden no ser suficientes para afrontar circunstancias de su trabajo, dando lugar a la aparición de síntomas emocionales que conllevan un sentimiento de fracaso personal e incapacidad.
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