Los fármacos ansiolíticos más utilizados son las benzodiacepinas. El mecanismo de acción de todas ellas es similar, teniendo efectos sedante, ansiolítico, miorrelajante y anticonvulsivante.
Por lo general, puede haber una tolerancia para el efecto sedante, no así para los otros efectos (incluyendo el efecto ansiolítico) excepto para aquellos fármacos de vida media muy corta.
Si se prescriben adecuadamente (dosis, tipo de producto, diagnóstico y objetivo terapéutico) el potencial adictivo es bajísimo o casi nulo. Lamentablemente la opinión generalizada contradice esta evidencia.