Lo obvio, que persiste el malestar con las consecuentes limitaciones en la vida social y laboral, ya que el pensamiento obsesivo genera una gran ansiedad e intranquilidad interna y los rituales y compulsiones hacen que el paciente invierta una gran cantidad de tiempo al día para su realización.
Además, sin tratamiento es fácil que el TOC se combine con un estado de ánimo depresivo, una restricción social marcada y un agotamiento mental severo.
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