Son comportamientos realizados de forma repetitiva que el paciente ejecuta para neutralizar, disminuir o hacer que las obsesiones marchen. Por ejemplo, un paciente con pensamientos obsesivos frente a la contaminación puede hacer rituales de limpieza como lavarse las manos tantas veces y de forma tan escrupulosa que se provoque lesiones abrasivas por los detergentes que utiliza.
En realidad, la persona se da cuenta de que las compulsiones son un remedio temporal, pero a falta de otra solución la realizan como una válvula de escape.
En ocasiones las compulsiones puede no ser acciones visibles sino tratarse de otros pensamientos o lenguaje interno (contar un número determinado de veces, decir una fórmula tranquilizadora o buscar un “pensamiento talismán”).
También entre las compulsiones podemos considerar aquellas conductas de evitación que el paciente realiza para tratar de eludir situaciones que podrían desencadenar la ansiedad.