He observado en varias ocasiones que la única vez que un paciente con depresión me sonríe durante la entrevista es cuando le pregunto por su mascota, perro o gato habitualmente.
Adorables mascotas


Desde luego, como se introducen estos animales en la vida de la familia, y salvo contadas excepciones ejercen un benéfico efecto sobre la salud, física y también mental.
El escritor inglés Jerome K. Jerome decía con buen humor:
“… el perro es un animal muy imprudente. Jamás se detiene a averiguar si aciertas o yerras, no le interesa saber si subes o bajas la escalera de la vida, nunca pregunta si eres rico o pobre, tonto o listo, pecador o santo; si tienes buena o mala fortuna, si tu reputación es excelente o pésima. Si te creen honorable o infame. Seguirá contigo, para consolarte, protegerte y dar su vida por ti”.
 

«Solo quiero que me quieras»

Los beneficios terapéuticos de la compañía de una mascota:
·               La convivencia con el animal, aumenta el bienestar y la vitalidad del amo.
·               Ayuda a sobrellevar el deterioro mental o físico de las personas mayores.
·               Ayuda a superar la muerte de la pareja.
·               Facilitan la relación con otras personas, porque ofrecen tema de conversación y ayudan a romper el hielo (esto sobre todo es válido para los perros… cuantos paseantes acompañados de un canino tienen una red social propia formada por propietarios de otros perros).
·               Aminora la sensación de abandono que se pueda padecer, ya que se establece una vinculación con otro ser vivo.
·               Crea obligaciones ineludibles de cuidado de otro.
·               Los animales de compañía nos hacen sonreir al observar sus gracias, sus juegos y actitudes. Descubrimos otro tipo de inteligencia diferente de la humana.
 

Los perros nos obligan a salir a pasear…


Por todo ello muchos especialistas han considerado que los animales de compañía pueden ejercer un efecto altamente positivo en pacientes con depresiones leves.
A su vez, como todas las cosas esto no es una verdad absoluta y categórica. Ser dueño de una mascota representa un compromiso serio. Por tanto, si una persona se siente deprimida y no tiene fuerzas para cuidar de sí misma difícilmente se puede hacer cargo de un animalito.
No olvidemos además el drama que representan los abandonos… y lo abarrotados que están los centros de acogida de perros y gatos.
Todos necesitamos dar…

y recibir amor.




Sobre la lealtad animal:

El auténtico Hachiko
Hachikô Monogatari es una película japonesa realizada en 1987, dirigida por Seijiro Koyama. Cuenta la historia real del catedrático de ingeniería agrónoma Shujiro Ueno que en 1923 recibe como regalo un cachorrito de la raza akita. Aunque reacio en un principio, la insistencia de su hija hace que acepte el regalo.  El perrito al que llama Hachi crece y se convierte en un fiel compañero, cada día acude a recoger a su amo a la vuelta de su trabajo a la estación de Shibuya en Tokio. En 1925, el profesor fallece tras sufrir una hemorragia cerebral mientras impartía su clase. Como cada día Hachiko lo esperaba en la estación… y lo siguió haciendo hasta que el can murió en 1935.
Hay una estatua en su honor en la estación de Shibuya.

La estatua de bronce de Hachiko en Shibuya


En 2009 se realizó un remake estadounidense, dirigido por Lasse Halström, y protagonizada por Richard Gere:


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