La psicosis es un término genérico utilizado en psiquiatría para referirse a un estado mental descrito como una escisión o pérdida de contacto con la realidad.

Desde el punto de vista etimológico la correspondencia del mismo no es muy afortunada con el significado actual de la palabra: psicosis deriva de psykhé (soplo o alma, en griego) y el sufijo sis en la misma lengua significa acción… es decir originariamente vendría a ser algo así como “acción de animar o de dar vida”.

La palabra psicosis aparece por vez primera en medicina en 1845, siendo utilizado por el entonces decano de la Facultad de Medicina de Viena, Ernst von Feuchtersleben, en su “Manual de Psicología médica”. Este decimonónico autor consideraba que la enfermedad mental no derivaba de la mente ni del cuerpo, sino de la interrelación entre ambos.

Desde finales del XIX y principios del siglo XX, la palabra psicosis también se utilizó para distinguir un “trastorno de la mente” (en otras palabras, la clásica locura) de las neurosis que eran vistas como “un trastorno del sistema nervioso”. Vemos que esta distinción es totalmente obsoleta, pero sí que existen diferencias –al menos clínicas- entre ambos términos (aunque actualmente las “neurosis” como diagnóstico están obsoletas, o mejor dicho, han cambiado de nombre).

La diferencia fundamental entre trastornos neuróticos y los psicóticos reside en el tipo de relación que el individuo que las padece mantiene con la realidad. En el caso de las neurosis (y sus diagnósticos actuales) el paciente presenta dolencias que pueden obstaculizar su vida, incluso de manera grave, pero interpreta la realidad, es decir, el mundo, según el modo y criterios típicos del ambiente social en que vive y ha sido educado.

Por el contrario, la persona afecta de una psicosis tiene una interpretación vivencial del mundo difícil de comprender por el resto de individuos de su entorno.

Síntomas principales:

  • Alucinaciones

Una alucinación se define como la percepción sensorial en ausencia de estímulos externos. Las alucinaciones son diferentes de las ilusiones o distorsiones perceptivas que son la percepción errónea de los estímulos externos. Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquiera de los sentidos y pueden incluir sensaciones simples o muy complejas.

Las alucinaciones auditivas, particularmente las experiencias de audición de voces, son la característica más común y con frecuencia prominente de la psicosis, pero también aunque en menor proporción se experimentan alucinaciones visuales. Un tipo muy concreto de alucinación es la llamada cenestésica, que consiste en la presencia de sensaciones viscerales en ausencia de estímulos, como la de pérdida de órganos internos o la sensación de “estar licuándose”.

  • Delirios

La psicosis puede implicar creencias delirantes. Los delirios son fuertes creencias contra la realidad o sostenidas a pesar de la evidencia contradictoria. Los delirios son necesariamente incongruentes con las normas sociales, ya que algunas creencias pueden constituir un engaño en ciertas culturas donde afectan el funcionamiento, mientras que pueden ser una creencia perfectamente normal en otras. La característica distintiva entre el pensamiento delirante y los delirios en toda regla es el grado en que afectan el funcionamiento.

  • Desorganización

La desorganización se manifiesta por el pensamiento desorganizado, que se traduce en una alteración del lenguaje y también por la conducta motora desestructurada y/o agitación psicomotriz, dentro de esta alteración de la conducta motora antaño se veían síntomas catatónicos (cada vez más infrecuentes en la actualidad).

  • Síntomas negativos

Los síntomas negativos incluyen reducción de la expresión emocional, disminución de la motivación y reducción del habla espontánea. Carecen de interés y espontaneidad e inexistencia de la capacidad de experimentar placer. Normalmente estos son síntomas que se presentan en algún tipo muy concreto de psicosis esquizofrénica y también en cuadros de tipo crónico.  

Causas de las psicosis (o situaciones en las que aparecen síntomas psicóticos):

Son múltiples, y no todas ellas son debidas en enfermedades mentales propiamente dichas:

  • Estados normales
    • Pueden existir estados alucinatorios breves en los momentos entre el sueño y la vigilia (alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas se les denomina).
    • En situaciones de duelo.
    • En situaciones de falta de sueño severa.
  • Experiencias traumáticas:

Los eventos traumáticos de la vida se han relacionado con un riesgo elevado de desarrollar síntomas psicóticos. El aumento de la vulnerabilidad individual hacia la psicosis puede interactuar con experiencias traumáticas que promueven la aparición de futuros síntomas psicóticos, en particular durante los períodos de desarrollo sensibles.  Es importante destacar que la relación entre los eventos vitales traumáticos y los síntomas psicóticos parece depender de la gravedad de estos acontecimientos.

  • Trastornos psiquiátricos:
    • Esquizofrenia, que es la enfermedad más frecuente dentro del grupo de las psicosis, pero no son equivalentes. La esquizofrenia sería una forma de psicosis, que incorpora síntomas psicóticos.
    • Trastorno esquizofreniforme
    • Trastorno afectivos, tanto trastornos depresivos graves como fases maníacas y depresivas en el contexto de un Trastorno bipolar.
    • Trastorno psicótico breve.
    • Reacción psicótica aguda.
    • Trastorno delirante.
  • Psicosis por toxicidad

Las psicosis tóxicas serían otro grupo de trastornos psicóticos cuya causa es claramente el consumo de tóxicos: así pueden definirse por consumo de cannabis, de anfetaminas, de cocaína y en general de sustancias que sean agonistas dopaminérgicas.

A veces no resulta sencillo distinguir entre una psicosis tóxica (que en principio desaparecerían los síntomas cuando se ha eliminado el consumo) y un primer episodio de esquizofrenia en un paciente joven consumidor de algún tóxico.  

  • Enfermedades que pueden producir síntomas psicóticos:
    • Trastornos del desarrollo neurológico y anomalías cromosómicas.
    • Trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer o la Demencia con cuerpos de Lewy.
    • Tumores cerebrales y enfermedades que afectan la circulación de LCR. Síndromes paraneoplásicos.
    • Infecciones que afectan al sistema nervioso central.
    • Algunas formas graves de enfermedades endocrinas.
    • Alteraciones metabólicas graves como la porfiria o la leucodistrofia metacrómatica.
    • Deficiencias nutricionales graves, como el déficit de B12.
    • Trastornos metabólicos adquiridos, como la hiponatremia y/o cualquier desequilibrio electrolítico.
    • Trastornos autoinmunes como la encefalitis con receptores anti-NMDA, formas graves de LES.

Por ello, cuando un paciente presente síntomas psicóticos es imprescindible realizar un “screening” para descartar la presencia de alguna enfermedad física o tóxica que pueda ser la causa.