La cultura tiene la capacidad de influir en la manera en que concebimos y expresamos las emociones.

Veamos primero cual es nuestro concepto de cultura, que no es exclusivamente el de instrucción: se describe como cultura a la serie de valores, creencias, comportamientos sociales y lenguaje que, transmitidos a lo largo de las generaciones, adopta la comunidad en la que cada persona nace o en la que la persona se identifica, dado que por las migraciones sociales no es raro que padres e hijos hayan crecido en culturas distintas.

La capacidad de la cultura en la influencia de nuestro expresar es tal que puede marcar el dintel de tolerancia al dolor, ya sea éste físico o emocional. Asimismo, la propia cultura nos proporciona mecanismos de defensa para enfrentarnos a una experiencia traumática concreta, al estrés medioambiental, a nuestras propias emociones y también a situaciones clínicas de desbordamiento.

La psiquiatría transcultural trata del estudio, evaluación y tratamiento de los trastornos mentales, teniendo en cuenta el contexto cultural en el que se expresan.

El manual del DSM-5 incluye en sus últimas páginas, una serie de glosarios de conceptos culturales de malestar. En algunos de ellos reconoceremos situaciones que conocemos bajo un epígrafe diagnóstico concreto, en este caso las crisis de pánico o el trastorno de pánico.

Nervios y Ataque de nervios

Nervios se refiere a un estado de vulnerabilidad a las experiencias vitales estresantes y a las circunstancias vitales adversas. Es una expresión común entre los latinos (de Estados Unidos y también de América Latina) y sigue siendo frecuente en nuestro país:

          “Esto es de los nervios”, o “Me pone de los nervios”

Los síntomas más habituales que se atribuyen a los nervios incluyen la cefalea (“el dolor de cerebro”), la irritabilidad, manifestaciones digestivas, insomnio, intranquilidad, llanto fácil, temblores, hormigueos y mareos.  

Es decir, abarca un espectro de gravedad que implica desde casos sin diagnóstico, hasta trastornos de adaptación, trastornos de ansiedad e incluso alguna forma de cuadro ansioso-depresivo. Cuadros similares son descritos como:

  • Nevra, entre los griegos
  • Nierbi, entre los sicilianos
  • Nerves entre los blancos de los Apalaches y Terranova

Cual película de Almodóvar, el Ataque de nervios es un síndrome que aparece entre los individuos de ascendencia latina, caracterizado por:

  • Síntomas de intenso malestar emocional, como ansiedad, enfado o pena agudos.
  • Chillar y gritar desconsolada y descontroladamente.
  • Ataques de llanto.
  • Calor en el pecho que asciende a la cabeza.
  • Agresividad verbal y física.

También en estos ataques de nervios pueden aparecer experiencias disociativas, tanto de tipo psíquico como despersonalización, desrealización y amnesia, como de apariencia física (crisis convulsivas o desmayos). Una de las características típicas de un ataque de nervios es la sensación de haber perdido el control.

Estos ataques a menudo se desencadenan como el resultado inmediato ante un acontecimiento estresante relacionado con un factor emocional intenso, como una mala noticia sobre la salud o muerte de un pariente, un conflicto conyugal o con los hijos, o por presenciar un accidente.

Sin embargo, para una minoría de individuos, los ataques de nervios no están desencadenados por ningún evento social en particular, sino que representan experiencias de malestar acumuladas, lo que les hace vulnerables a perder el control.

 

 

Falling-out

Falling-out es también un síndrome cultural, que se reporta principalmente en el sur de los Estados Unidos y el Caribe.

falling out

Se describe como un estrechamiento de la conciencia como respuesta psicológica a la ansiedad y a situaciones estresantes específicas. Este colapso súbito está caracterizado por episodios de pseudo-pérdida de conciencia, habitualmente de aparición súbita pero también precedidos por mareos o sensación de que “la cabeza gira sobre sí misma”. El individuo que lo padece, sufre una caída, pero en general puede escuchar y entender lo que está sucediendo a su alrededor.

Khyâl cap

El ataque de viento (Khyâl cap) es un síndrome que aparece entre personas de origen camboyano, ya sean residentes en su país o emigrantes en otras latitudes.

Los síntomas habituales son los de los ataques de pánico, como mareo, palpitaciones, frialdad en las extremidades, falta de aire, así como otros síntomas de ansiedad vegetativa y cognitiva y de activación autonómica.

Los ataques de Khyâl cap implican cogniciones catastróficas centradas en la preocupación de que el Khyâl (una sustancia similar al viento) pueden introducirse dentro del cuerpo y esparcirse junto con la sangre de la circulación provocando una serie de consecuencias graves (como comprimir los pulmones para provocar una falta de aire y asfixia o entrar en el cerebro y generar zumbidos en los oídos, mareos, visión borrosa o un síncope fatal).

Estos ataques pueden aparecer sin previo aviso, pero a menudo están desencadenados por pensamientos que preocupan a la persona o por aprensiones. También se han descrito en situaciones de ortostatismo (ponerse de pie) o al percibir olores específicos que tengan asociados alguna connotación negativa. Asimismo, se pueden desencadenar por estímulos de tipo agorafóbico como encontrarse en un aglomeración o estar conduciendo.

camboya-Kampong-Phluk

Los ataques de viento reciben otros nombres en diferentes lugares de Asia:

  • Laos                     Pem lom
  • Tibet                    Srog rlug gi nad
  • Sri Lanka            Vata
  • Corea                   Hwa byung

SUSTO

El susto es una explicación cultural del malestar y el infortunio entre personas de México, Centroamérica y algunas zonas de Sudamérica. Se atribuye a un suceso que asusta y que hace que el alma abandone el cuerpo dando como resultado infelicidad y enfermedad, pudiendo aparecer los síntomas en cualquier momento después de sufrir el suceso que le asustó.

andino

Como vemos, el susto parece corresponder a los diferentes cuadros que denominamos “trastorno de estrés agudo” o “trastorno de estrés postraumático”, aunque con una explicación mágica de la reacción  que provoca el desencadenante. 

En amplias regiones de los Andes, al susto se le conoce como espanto.